El disparo a la cabeza!!!
Y el operario del miedo cumplió . Con un disparo en la cabeza le aseguró la muerte al Maestro Carlos Fuentealba. Un pozo sin fondo, un vértigo de piedras y plomos recién tragados le llenaron el ser a cada docente argentino; a los más viejos de nuevo el peso feroz en las tripas y el vértigo de abismo. La más primitiva sensación de pánico medular. Otra vez el ahogo en el sudor horrorizado. La crueldad explosiva rompe con la metáfora. El impacto en el cráneo es tangible, mediáticamente visible; y en virtud de ello globalizable.
Fueron los maestros neuquinos los que les tocó encabezar esta nueva y secular resistencia. Carlos Fuentealba el mártir. Su especialidad profesional no podrá dilucidar jamás (o si) el inextricable proceso químico que lo puso en el centro de la mira de las viejas armas asesinas. El disparo fue a la cabeza… ¿Por qué a la cabeza?, una invitación a pensar que formuló (siguiendo con la especialidad de Fuentealba), un maestro (uno de los grandes) ayer durante la marcha del silencio.
La reacción del pueblo argentino nos alienta a pensar y desear que sea el último disparo visible, filmable y filmado.
Cuando a los enseñoreados en el poder les falla la metodología de la desaparición de los cuerpos los disparos van a la cabeza.
¡Y con los maestros se hace imperiosamente necesario!
Disparos tangibles, visibles, pretendidamente disciplinantes, en definitiva perceptibles desde el panóptico mediático, como lo de esta Pascua.
O sutiles y perspicaces, como el estímulo del oscurantismo y la ignorancia, el desarrollo y aceptación de las culturas evasivas o la cultura del zafar y el no te metas; y entre otras, el sometimiento de los “resistentes” o de pensamiento diverso.
Fernando Giron
jueves, 19 de abril de 2007
COMUNICANDONOS
SI SOS DIRECTIVO DE UN CEF BONAERENSE SUMATE COMO AUTOR DE ESTE BLOG
datos y e-mail de los autores de este blog (hacé clic aquí)
datos y e-mail de los autores de este blog (hacé clic aquí)